Blockchain, en su definición más simple, significa cadena de bloques. Sirve para archivar digitalmente documentos y transacciones de una manera segura. Cada documento o transacción es verificado por varios participantes a la vez, formando una cadena de registros. Estos registros se comparan unos con otros y se archivan en bases de datos iguales e independientes de cada participante.  En caso de existir diferencias entre las bases de datos de los participantes, estas se anulan y quedan como válidas las bases de datos de los participantes vecinos. Esto significa que es prácticamente imposible modificar registros para falsificar una transacción. La tecnología blockchain va más allá de la creación de criptomonedas, porque puede manejar transacciones que requieren identificación personal, revisión de copias, elecciones y otros tipos de tomas de decisiones y registros de autor.

La visión única cuando se creó Bitcoin era la de crear un sistema de pago seguro, descentralizado y privado. Bitcoin quería dejar atrás las transacciones tradicionales controladas por los sistermas bancarios del mundo. Este era un gran objetivo, pero al principio muy pocos creían viable.

En esta última década se ha visto realmente que Bitcoin es dinero. Ahora este dinero tiene valor porque se ha demostrado que se lo puede usar para pagar o comprar. Su uso no depende de autorizaciones bancarias, porque es un sistema comunitario descentralizado y esto hace que el sistema haya interesado a millones de personas alrededor del mundo, quienes a su vez lo han capitalizado.

Bitcoin es dinero, porque lo puedes usar para intercambiar por bienes y servicios, inclusive ahora puedes acercarte a un cajero automático y retirar dinero de curso local. En la tecnología Bitcoin no existe la intervención gubernamental ni bancaria, todo está descentralizado y alrededor del mundo. Bitcoin es dinero y el dinero es realmente tuyo.